Supervivencia de las plantas de interior en invierno: 6 errores que se deben evitar

10

El invierno plantea desafíos únicos para las plantas de interior, que a menudo conducen a su deterioro si no se ajustan los cuidados básicos. La reducción de la luz natural y el aire interior más seco tienen un impacto dramático en la salud de las plantas, pero ajustes simples pueden garantizar la supervivencia. A continuación le mostramos cómo evitar errores comunes y mantener su jardín interior próspero durante los meses más fríos.

Riego excesivo: el asesino silencioso

La causa más frecuente de muerte de las plantas de interior en invierno es el exceso de agua. A medida que el crecimiento se ralentiza con menos luz solar, las plantas absorben mucha menos agua. Los programas de riego continuos similares a los del verano conducen rápidamente a que el suelo se empape, se asfixien las raíces y, en última instancia, se pudran las raíces.

En lugar de horarios rígidos, verifique los niveles de humedad. Inserta tu dedo o una brocheta de madera en la tierra; riegue solo cuando esté seco unos centímetros hacia abajo. Permitir que las plantas se marchiten ligeramente antes de regar puede ser un buen indicador.

Ignorar la latencia: dejar de fertilizar

Así como las plantas crecen lentamente en invierno, tampoco necesitan fertilizantes. Continuar alimentándolos durante este período de inactividad puede causar acumulación de nutrientes, lo que provoca “quemaduras”: hojas crujientes y dañadas. El exceso de sales se acumula en el suelo y daña las raíces.

Si ya ha fertilizado en exceso, enjuague la tierra con riego profundo para filtrar el exceso de nutrientes. Pero, en general, posponga el uso de fertilizante hasta la primavera, cuando se reanuda el crecimiento.

Luz insuficiente: un factor crítico

Los bajos niveles de luz invernal estresan a las plantas, especialmente a las especies tropicales. Si bien algunas plantas perennes permanecen inactivas de forma natural, otras requieren luz suplementaria. Considere acercar las plantas que necesitan luz a ventanas más luminosas o invertir en luces de cultivo para sostener el crecimiento.

La albahaca y otras hierbas, en particular, se benefician de la luz artificial durante los meses más oscuros.

Cambios de temperatura: una amenaza oculta

Los sistemas de calefacción interior crean fluctuaciones dramáticas de temperatura que dañan las plantas. Las plantas prefieren temperaturas constantes entre 65°F y 75°F, pero los hornos y las corrientes de aire a menudo las exponen a calor o frío extremos.

Mantenga las plantas alejadas de respiraderos, radiadores y ventanas con corrientes de aire. Utilice un termómetro para encontrar el lugar más estable de su hogar. El oscurecimiento de las puntas de las hojas suele ser un signo de estrés térmico.

Baja humedad: un problema de aire seco

El aire invernal es notablemente seco y a menudo cae por debajo del 20% de humedad, un problema importante para las plantas tropicales como las begonias Rex y las calatheas, que necesitan entre un 40 y un 50% de humedad.

Un humidificador es la mejor solución. Alternativamente, agrupar plantas crea un microclima localizado con mayor humedad. La nebulización es en gran medida ineficaz porque la humedad se evapora rápidamente.

Infestaciones de plagas: un riesgo relacionado con el estrés

Las plantas estresadas son más susceptibles a las plagas que prosperan en condiciones interiores cálidas y secas. Las inspecciones periódicas de las hojas y las mezclas para macetas son cruciales para una detección temprana.

Permitir que la tierra se seque entre riegos no solo previene la pudrición de las raíces sino que también ayuda a controlar los mosquitos de los hongos, cuyas larvas se reproducen en condiciones empapadas. El control proactivo de plagas es mucho más fácil que combatir una plaga en toda regla.

En conclusión, el cuidado de las plantas de interior en invierno requiere adaptarse a los cambios de estación. Al ajustar el riego, la iluminación, la temperatura, la humedad y el control de plagas, puede asegurarse de que su jardín interior sobreviva (e incluso prospere) durante los meses más fríos. Ignorar estos ajustes corre el riesgo de perder plantas innecesariamente, mientras que el cuidado proactivo garantiza una jungla interior vibrante y saludable.